Nuestro planeta ha entrado en una verdadera crisis que se encuentra rayando el borde del no retorno, del choque ambiental de la sin razón humana y los recursos mal utilizados de nuestra nave Tierra. Las sociedades han desoído el grito y el lamento de un planeta que está llegando al borde de lo insostenible. Los humanos, responsables de este agotamiento global, aún nos creemos indispensables, sin reconocer que de producirse la desaparición de nuestra especie, la vida continuaría existiendo, los animales caminando en sus procesos evolutivos y el planeta descansaría al haber eliminado al ser más molesto que sobre la Tierra haya existido.
Sin embargo, si un ser tan pequeño e inofensivo como la hormiga desapareciera y no construyera los millones de kilómetros de galerías para sus hormigueros, aireando de esta forma tan simple la corteza de la Tierra, se produciría un desequilibrio, un caos global mucho más dramático que el que causó el gran meteorito que acabó con los dinosaurios. Esta es la realidad. Una verdad que el ser humano se niega a reconocer y sigue avanzado en su camino demoledor, arrasando los recursos como una fiera hambrienta, con una economía basada en el dinero y que no valora la vida, ni los ecosistemas, ni el propio planeta. Si a todo ello, le sumamos los nefastos dirigentes políticos que sólo buscan estar en el poder sin buscar soluciones efectivas para la sociedad y el medio ambiente, nos encontramos con un panorama nada alentador y lleno de sufrimiento, un dolor que avanzará cada vez más hasta llegar a todas las sociedades humanas sin que puedan volver atrás ante este gravísimo error.Las voces se siguen levantando contra este crimen de la humanidad, pero los oídos sordos de los políticos y el poder económico que son los encargados de proteger los ecosistemas globales, siguen estando en manos de ineptos incultos que solo buscan el beneficio en un periodo corto de tiempo y el disfrute de su propia irresponsabilidad.
El hambre continúa de una forma feroz, mientras otros patentan las semillas y la vida poniendo en grave peligro la propia seguridad alimentaria mundial. La idea de Darwin y sus colegas sobre la selección natural, ha hecho que se infiltrara en otros terrenos como en el económico o la política. El grande se come al pequeño, sin importar las consecuencias que ello pueda causar al más débil. ¿Somos personas o robots sin sentimientos? Muchas lecciones nos dan los animales protegiéndose así mismos, rompiendo barreras de la especie entre ellos y mostrando lo que el hombre jamás hará. Darwin debió de callarse, no aporto nada a la ciencia pues la teoría de la evolución no es suya y sin embargo propició el racismo. El fuerte destruye al débil, es ley de vida hemos oído decir muchas veces. Y no, tendría que ser al revés en un mundo supuestamente civilizado: el fuerte protege al débil.
Y mientras, la energía nuclear, tan criticada por los ecologistas o personas con dos dedos de frente, de nuevo se cierne amenazante contra los humanos que juegan a ser dioses en un mundo limitado. Parece ser que no hemos aprendido de los desastres nucleares anteriores y solo impera el poder y la fuerza económica, que es la que hizo impulsar la construcción de las centrales nucleares en todo el mundo, además de tener un fin militar. Japón se enfrenta ante un desastre nuclear de consideraciones cuatro veces peor que Chernobyl en las que miles de personas murieron de cáncer. Somos tan ingenuos, que nos engañamos o nos engañan diciendo que tienen todas las medidas de seguridad posible y vemos como una y otra vez, los fallos de sus núcleos se suceden uno detrás de otro, donde los fallos humanos rompen esquemas. ¿Cuánto costara en vidas humanas, en tierras inservibles, en gente contaminada este nuevo desastre nuclear? Impensable....y sin embargo tenemos energías renovables como la solar que no esta siendo explotada por intereses comerciales y especulaciones energéticas. Lo permiten los gobiernos, sus multinacionales y los ciudadanos que no exigen políticas energéticas eficientes, que no dan paso a los motores de hidrógeno y otros que solo funcionan con agua de mar. Nos dejamos mecer por las mareas de la ignorancia y somos víctimas de nuestra pasividad y conformidad.
La radiactividad en el mar frente a Fukushima supera el límite en 7,5 millones de veces del permitido. Partiendo de la base que el nivel de seguridad es 0, nos podemos dar una idea de la grave problemática con la que se enfrenta Japón y el resto de los países del mundo, ya que nada se ha hablado de la nube radiactiva y sin embargo ha sido detectada en España y en numerosos países. Una vez más nos enfrentamos ante el ocultismo oficial de una amenaza real y que detrás de ella, existe un gran holding que mueve millones de euros de beneficios.
Mientras, el polo norte se derrite, el ártico se funde cada vez más rápido. Y los políticos de turno ven en ello nuevos negocios y áreas petrolíferas para ser explotadas, el deshielo amenaza con cambiar las corrientes del océano Atlántico, alterando el clima europeo y los ecosistemas marinos, poniendo en peligro el ciclo de la vida. ¿Qué se hace para evitarlo?. Nada. Periódicamente se reúnen con gran bomm los representantes políticos de casi todas las naciones del mundo para tratar el cambio climático y reunión tras reunión, fracasan los acuerdos y sólo discuten en la venta y comercio del CO2. Estamos ante una irresponsabilidad de consecuencias imprevisibles.
Este es el panorama global con el que nos enfrentamos en un mundo donde las voces del planeta se intentan unir para dar la batalla a la ultima oportunidad que nos queda antes del no retorno. Tiene que existir un cambio en el sistema político de forma global que tenga como prioridad absoluta el medio ambiente y la conservación de los ecosistemas y de sus recursos. Sin embargo asistimos desesperadamente a un cambio brutal de ideas y promesas de los políticos hasta el punto de hacer desaparecer el Ministerio de Medio Ambiente como ha ocurrido en España. Se da prioridad al sistema monetario, culpable de la situación actual del mundo. En lugar de sus responsables ser detenidos por ocasionar una crisis mundial, se les inyecta millones de euros y deciden de forma déspota, el destino de los países. Sólo Islandia, su pueblo, ha sido capaz de responder de manera efectiva, echándose a la calle, derrocando un gobierno, cambiando la constitución, llevando a la cárcel a los banqueros y sentando en el banquillo a los responsables políticos.
En 2010 se ha producido un nuevo record de fusión del hielo en el océano Ártico y a nadie parece importar lo que le está ocurriendo a nuestro planeta. Debajo de ese hielo, se esconde una de las bombas mortales que harán estremecer a la humanidad. El Metano. Un potente gas de efecto invernadero, 21 veces más potente que el CO2 y que se encuentra por miles de toneladas debajo del permafrost ártico. Su salida a la atmósfera causaría un gran cataclismo de consecuencias desastrosas. Y sin embargo, no pasa nada y seguimos sin poner soluciones ante este grave problema que asola al mundo.
No contento con ello, dejamos que nuestras multinacionales “civilizadas”, actúen en terceros países arrasando los recursos, deforestando, asesinando a los líderes campesinos que se resisten en abandonar sus tierras, haciendo desaparecer a los lideres indígenas que luchan por su vida y se expulsan a poblaciones enteras para que máquinas de acero destruyan la vida y se plante monocultivos de muerte y hambre, desiertos verdes sin vida. Se permite jugar con la alimentación mundial, empleando miles de hectáreas para alimentar maquinas de biodiesel con alimentos de primera necesidad, mientras millones de personas pasan hambre y mueren por desnutrición, en un mundo desigual e injusto.
Difícil panorama el que tenemos delante, donde la juventud, en lugar de coger el testigo y luchar por lo que nosotros hemos destruido y reconstruir, se convierten en sombras de la noche con botellones que destroza sus neuronas o con pantallas que les absorben su cerebro haciéndoles ser objetos de un sistema caduco.
Nuestros recursos pesqueros se agotan por la explotación abusiva y ambiciosa del hombre, las selvas tropicales desaparecen bajo las palas mecánicas de la “civilización”, sin comprender que se está destrozando para siempre el bienestar de la sociedad, sin ver que todo forma parte de una cadena de la vida vital para la subsistencia del planeta. Destruir las selvas origina que el sistema de vientos planetario que nace desde el ecuador (ubicación de los bosques tropicales)a los diferentes hemisferios del globo, sufra variaciones ante la desaparición de los microclimas tropicales y con ello se altere su ciclo y origine como un efecto dominó, consecuencias de efectos imprevisibles como el calentamiento del mar que puede provocar tifones y huracanes violentos que arrasen a poblaciones enteras o el aumento de movimientos sísmicos.
Todo lo que hagamos a nuestro planeta, sea bueno o malo, se producirá un efecto bumerang hacia nuestras sociedades, con el doble de sus consecuencias. Si ha sido bueno, recibiremos dones y si ha sido malo para el medio ambiente, nos llegará sin remedio, las garras malignas con los efectos del cambio climático al que estamos siendo testigos directos de su ferocidad y destrucción. Ninguna generación humana ha presenciado con tanta rapidez, estos hechos globales que sin duda serán historia y marcará para siempre, a las futuras generaciones, si sobrevivimos para contarlo.
No quiero parecer un típico catastrofista que escribe miedos inciertos. Por desgracia para todos, los hechos son reales y los efectos avanzan con rapidez, sobrepasando incluso las perspectivas más negativas de los propios científicos. Algunos quieren mirar hacia otro lado, mantener la atención a otros factores sociales o a la cara amable de la vida cotidiana. Pero debemos tener el cerebro puesto sobre los hombros en lugar de taparlo con falsas esperanzas o cristales de color que te hacen visionar la vida bajo numerosas perspectivas.
Las Voces del Planeta deben surgir de nuestros corazones, de nuestros puños, de nuestras propias vidas y unirnos en un llamamiento a la libertad verde, derecho innegable para las generaciones venideras. Debemos exigir con nuestro grito que los políticos cumplan con su misión de llegar a los acuerdos aceptables para toda la humanidad y parar el avance del cambio global al que estamos al borde de caer. Debemos destronar a las multinacionales que tienen el poder de patentar la vida, destruir las selvas, realizar guerras para obtener minerales, permitir que existan campos de refugiados donde el hambre y la muerte es una moneda común. Tenemos la responsabilidad cada uno de nosotros, de cambiar esta sociedad hacia otra respetable con la vida en todas sus manifestaciones. Debemos ser guerreros pacíficos del arco iris, del planeta, para erguirnos como defensores de la igualdad. Sólo así podremos parar esta pesadilla que nos lleva al sufrimiento, al dolor y la muerte.
Fuete : Econoticias.com>>http://www.ecoticias.com/sin-seccion/46375/noticias-medio-ambiente-medioambiente-medioambiental-ambiental-definicion-contaminacion-cambio-climatico-calentamiento-global-ecologia-ecosistema-impacto-politica-gestion-legislacion-educacion-responsabilidad-tecnico-sostenible-obama-greenpeace-co2-naciones-unidas-ingenieria-salud-Kioto-Copenhague-Mexico-Cancun-marm