Todos los años, el agujero de ozono del hemisferio sur llega a su tamaño máximo durante el mes de septiembre. Según los registros del satélite Aura de la NASA, el pico de este año se alcanzó el pasado 13 de septiembre, abarcando un área de más de 25 millones de kilómetros cuadrados. De acuerdo a los científicos del Centro Espacial Goddard, es un tamaño promedio en comparación con las mediciones obtenidas en los últimos 15 años y, por suerte, muy por debajo del récord registrado en el año 2006.
La máxima apertura del agujero de ozono se produce en la primavera austral debido a que las reacciones químicas que producen la destrucción del ozono atmosférico tienen lugar sobre las nubes estratosféricas polares, que se forman durante el frío invierno antártico. Con la llegada de la primavera, el aumento de la luz solar ultravioleta acelera las reacciones químicas que causan la ruptura de las moléculas de ozono. Con el paso de los días, se modifica el patrón de los vientos, produciéndose la dispersión de los gases clorados que causan la mayor parte del daño al ozono; esto permite la estabilización de la capa de ozono hasta la primavera siguiente.
La capa de ozono terrestre tiene un espesor de unos 3 milímetros, lo que equivale a unas 300 unidades Dobson (una unidad Dobson es el número de moléculas de ozono que se necesitan para formar una capa de ozono puro de 0.01 milímetros de espesor a una temperatura de cero grados y a una presión de una atmósfera). Se considera como parte del agujero de ozono a la región que presenta una concentración de ozono inferior a 220 unidades Dobson. Cabe destacar que dentro del agujero de ozono, el promedio de concentración de unidades Dobson es cercano a 100.
Aunque la emisión irrestricta de clorofluorocarbonos -principales destructores del ozono atmosférico- se interrumpió casi por completo gracias a lo establecido por el Tratado de Montreal, el ciclo de vida de los clorofluorocarbonos en la atmósfera es de hasta 100 años, y por ello no se esperan cambios significativos en el tamaño del agujero de ozono al menos hasta el año 2070.
Para seguir día a día la evolución del agujero de ozono, en el sitio web Ozone Hole Watch de la NASA se publican imágenes, animaciones y estadísticas que ayudan a comprender la magnitud del fenómeno.
Aunque la emisión irrestricta de clorofluorocarbonos -principales destructores del ozono atmosférico- se interrumpió casi por completo gracias a lo establecido por el Tratado de Montreal, el ciclo de vida de los clorofluorocarbonos en la atmósfera es de hasta 100 años, y por ello no se esperan cambios significativos en el tamaño del agujero de ozono al menos hasta el año 2070.
Para seguir día a día la evolución del agujero de ozono, en el sitio web Ozone Hole Watch de la NASA se publican imágenes, animaciones y estadísticas que ayudan a comprender la magnitud del fenómeno.
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